Un paradigma se puede establecer como la referencia a algo que se asimila como “modelo”. A partir de la segunda mitad del siglo pasado se extiende su definición desde el punto de vista científico y filosófico a un patrón o serie de prácticas que trazan los lineamientos de una disciplina científica a lo largo de un cierto lapso temporal.
Sería bueno recordar un cambio de paradigma histórico reciente: el caso de Suiza. Por todos es conocida la fama que tienen los suizos en cuanto a relojería de altísima calidad. Para los años setenta del siglo XX los suizos controlaban alrededor del 90% del mercado mundial de relojes, esto según el portal dinero.com.Un día un técnico especialista suizo introdujo un invento novedoso, un reloj electrónico de cuarzo. Los tomadores de decisiones rechazaron el prototipo porque no era un reloj, desde lo que ellos estaban acostumbrados (su paradigma), pues carecía de la maquinaria de engranajes y complejos sistemas analógicos comunes a lo que se venía haciendo.
El mismo portal señala que este rechazo lo aprovecharon los japoneses y estadounidenses, quienes lograron quitarle participación de mercado, quedando los suizos con apenas un 15% de mercado para los años ochenta, siendo su fuerte la relojería de lujo. Solo Swatch, fruto de la empresa ASUAG (después Swatch Group) de origen suizo, se arriesgó a mediados de esa misma década a adoptar el nuevo paradigma tecnológico y se ha logrado mantener a flote dentro de estos nuevos cambios, y a su vez luchando actualmente con el paradigma de los relojes inteligentes.
Hablemos de la banca venezolana
Ahora bien, el cambio en la banca venezolana específicamente pasar del paradigma actual a la era virtual y digital, se hace de una forma si se quiere estrepitosa, pues la evolución tecnológica es tan rápida que ha terminado de darse un cambio cuando ya se requiere un nuevo ajuste.
En estos tiempos, la banca se enfrenta cada día a nuevos retos y por supuesto a nuevos competidores, y parte de esos competidores no son los tradicionales bancos grandes, medianos o pequeños, se tratan de nuevos competidores en el sistema financiero entre los dos más importantes: las FinTech (Lending Club, Stripe, MoneyWiz, Betterment), y las BigTech (Apple, Facebook, Amazon, Google, Paypal) para nombrar solo dos grandes grupos dentro de los nuevos players.
Las características más resaltantes de estos grupos es el manejo de la información y la gran data que poseen de los clientes; suficiente liquidez y capacidad de financiación, mejor reputación de solvencia inclusive que los grandes bancos mundiales, pero sobre todo presencia global, siendo esta última quizás la más importante.
Aunado a esto, si de algo saben estos nuevos competidores es de tecnología, punto en el que la banca trata de estar al día pero no puede equipararse; también poseen gran capacidad tecnológica en el canal de distribución del servicio y volumen de clientes. Basta mencionar el caso de PayPal que posee más de 130 millones de cuentas activas.
Las fortalezas de estos competidores no bancarios son: comodidad y seguridad para realizar las transacciones en red, alta demanda y reducción de costes, envío de dinero desde cualquier parte del mundo: por ejemplo las Bitcoin (moneda digital), en fin, un sinnúmero de buenos argumentos que pueden hacerle ganar nuevos mercados, especialmente en las generaciones más jóvenes.Tanto en Venezuela como en el resto del mundo se puede concluir que el crecimiento de un banco, más allá de la expansión en edificios o agencias, lo tendrá quien logre desarrollar una plataforma diversa y robusta ajustada a los nuevos tiempos, donde la gran mayoría de la población económicamente activa prefiere hacer sus transacciones desde su teléfono, tabla o reloj inteligente.
La tendencia mundial es a reducir el tamaño de los bancos y aumentar los servicios digitales, quien remonte la ola de los avances tecnológicos, surfeará con éxito esta nueva era siempre y cuando esté pendiente del cambio en los paradigmas.
José Javier Parra C. Economista. Especialista de Control de Gestión de Banplus