En Banplus, en procura de la salud emocional de nuestros trabajadores, desde el Maletín de Bienestar facilitamos este valioso contenido, autoría de la Dra. Miren De Tejada*.
Tu actitud es tu mejor protección. Ante cualquier evento siempre mantén la calma y el optimismo. ¿Cómo? Tomando el control de tus emociones, pensamientos y acciones.
Si te sientes muy ansioso o angustiado, te facilitamos estos 12 tips:
1. Tienes un recurso natural para controlarte, tu respiración.
- Cierra tus ojos y centra tu atención en el ritmo de tu respiración.
- Toma aire por la nariz y expúlsalo por la boca lentamente. Repite 3 veces.
- Identifica una imagen o una experiencia que te haya dado tranquilidad y paz, céntrate en ella mientras respiras. Cuando te sientas con ansiedad o angustia, recurre a ella; siente que estás en ese espacio o lugar y disfrútalo por unos segundos; es tu lugar de calma.
2. Expresa tus emociones y sentimientos. No te quedes callado. Identifica cómo te sientes: tristeza, miedo, rabia, frustración, todo es válido, pero no puedes quedarte instalado con estos sentimientos, tienes que canalizarlos a través de otras actividades y con el control de pensamientos. Identificar las emociones y sentimientos te permite saber que están ahí y conversar sobre ellos para luego dejarlos ir, mientras se va esclareciendo el panorama. Si es el caso, permítete llorar… ¡también es válido!
3. Cultiva la paciencia como principal valor para todo momento de la vida. La paciencia es un árbol de raíz amarga, pero de frutos muy dulces. Tener paciencia implica:
- Saber escuchar la palabra oportuna y también a tu voz interior.
- Desarrollar la tolerancia al tiempo de espera: toma conciencia del límite y alcance de nuestras acciones y ten claro que todo no puede estar bajo nuestro control.
4. Controla tus pensamientos. Cambiar el curso de tus pensamientos no significa que te coloques de espaldas a la realidad que te rodea. Implica aprender a operar sobre ellos para visualizar otras situaciones de mayor bienestar y confort.
5. Maneja la incertidumbre: revisa si la situación que te afecta está bajo tu control directo. Si no lo está, solo toca esperar en una actitud de alerta activa. Para ello:
- Desarrolla la compasión contigo mismo y con los demás, la empatía, la tolerancia y la comprensión.
- Controla el contenido de tus pensamientos (positivos y prospectivos).
- Mantén tu mente ocupada en alguna actividad que te propicie bienestar (ejercicios, escuchar música, escribir, bailar, hacer rompecabezas, juegos de mesa, meditar…).
6. Mantén la rutina de tus actividades diarias: conserva un horario, ve a dormir a la misma hora de siempre (no te trasnoches), asiste a tu centro de trabajo y cumple con tus tareas y funciones usuales, tal como lo haces cotidianamente, con la misma dedicación y firmeza.
7. Mantente informado, pero no te “encadenes” con el uso de dispositivos electrónicos, mucho menos antes de ir a dormir.
8. Construye tu red de apoyo social: Permanece comunicado y vinculado con tus familiares y amigos para compartir cómo te sientes y cómo se sienten ellos. Entre todos pueden encontrar un refugio para la paz y la concordia familiar o laboral.
9. Cultiva la esperanza. Es un valor humano fundamental para afrontar situaciones problemáticas durante un momento de adversidad. La esperanza constituye el origen de la motivación para la acción.
10. Mantente en tiempo presente; evita pensar en lo que sucederá mañana.
11. Construye tu Nicho de Bienestar en tu casa u oficina. Esto implica organizar un lugar temporo-espacial -es decir, con conciencia de la situación en el espacio respecto a tu propia persona- para realizar actividades que propicien la quietud interior necesaria para auto observarnos, relajarnos, mirarnos, valorar nuestras circunstancias y darnos cuenta que estamos vivos. Esto conduce a descubrir cuáles actividades nos proveen esa sensación y realizar un acuerdo implícito con nosotros mismos para no autosabotearnos y respetar ese momento. Algunas de las estrategias sugeridas son: leer, escribir, escuchar música (en frecuencia 528Hz aumentan tu energía positiva), hacer ejercicios, nadar, meditar.
12. Desarrolla resiliencia: convierte la adversidad en una oportunidad. Las personas resilientes logran sobreponerse ante los obstáculos. Cada uno de ellos les sirve de pivote para seguir adelante. Identifica tus fortalezas y recursos externos con los que cuentas. Créelo, ¡tú creces en la adversidad!
La meta es propiciar tu paz, sosiego y tranquilidad para que vivas con salud física, espiritual y emocional ante todo momento retador.
*Autora: Dra. Miren De Tejada Lagonell, Psicólogo Clínico y del Desarrollo. Doctora en Psicología, Magister Scientiarium en Psicología del Desarrollo.