Haz el bien y no mires a quien, así reza un popular refrán venezolano que invita a las personas a ayudar, extender una mano, brindar apoyo al prójimo sin distinción de edad, sexo, religión, clase social o inclinación política y sin esperar nada a cambio.
Cuando realizamos actos que contribuyen con las nobles causas, es tu espíritu, mente y cuerpo los que te agradecen y te recompensan. “Un gesto de ayuda y colaboración siempre es bien recibido y ser solidario no solo te permitirá ayudar a los demás, sino que fortalecerá tu bienestar emocional”, resalta el portal ve.emedemujer.com.Además, según una investigación realizada por las universidades San Diego y Harvard de California, EEUU, enfatiza que “cuando una persona se beneficia de un acto de amabilidad, lo paga por adelantado ayudando a otros que no estaban originalmente involucrados, y esto genera una cascada de cooperación que influencia a docenas de personas”.
El sitio web tusbuenosmomentos.com puntualiza los siguientes beneficios que obtendrás al ayudar sin pensar en qué vas a recibir a cambio:
Sencillamente te sientes bien: Y esa sensación positiva de poder echar una mano es muy gratificante.
Aumenta tu autoconfianza: Quien ayuda lo hace porque puede y sabe hacerlo. Te sentirás útil.
Aumenta tu autoestima: La persona que recibe el favor suele mostrar gratitud y un feedback positivo, lo que contribuye en que mantengas un buen concepto de quien eres como persona y te hace más optimista y seguro de ti.
Mejora la percepción de tus límites: Al ayudar de forma desinteresada reconocerás tus capacidades y límites teniendo en cuenta que siempre teniendo en cuenta que la satisfacción que les trae el “dar” es insuperable.
Quien da, recibe: No tiene por qué recibir de la misma persona a quien le dio, pero sí es cierto que una persona generosa tiene más probabilidades de ser ayudada en caso de alguna necesidad.
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